Ingredientes: (4 raciones aprox.)
- Noodles
- 2 tazas de soja texturizada gruesa
- 1 cda de pimentón
- 5 cdas de salsa de soja o tamari
- Cebollino
- Jengibre fresco
- 3 dientes de ajo
- 2 cdas de sriracha
- 2 cdtas de tahini
- 1 cebolla mediana
- 1 pimiento rojo mediano
Para la salsa:
- Un aguacate
- Zumo de una lima
- 4 cdas de aceite de oliva
- Sal
Elaboración:
A poco que le echéis un ojo a nuestra cuenta de instagram observaréis que en esta casa gusta bastante el picante y los sabores potentes y que la sriracha está casi omnipresente en nuestros platos. Por ello me apetecía subir alguna receta con esta salsa bastante picante, pero muy sabrosa y que no sé si será mi preferida. Si os queréis hacer con ella la podéis encontrar en tiendas de alimentación asiática. Si os animáis a comprarla os aconsejo que de paso busquéis también la salsa Laoganma, otra de nuestras preferidas, con un toque choricero muy ahumado. Tremenda.
Poniéndonos ya al lío lo primero que haremos es poner a hidratar la soja texturizada. En este caso usamos soja de Vantastic Foods, pero podéis usar cualquier soja gruesa. Para hidratarla la ponemos en un bol con la cucharada de pimentón, las cucharadas de salsa de soja o tamari y agua caliente hasta cubrir y un poco más. Si veis que pasados unos minutos la soja a absorbido todo el "caldo" añadid más agua.
Mientras tenemos eso hidratándose picamos el jengibre fresco. Yo uso como medida mi dedo gordo, jajaja. Así que picamos medio dedo gordo de jengibre, los tres dientes de ajo y un poco de cebollino (que nos quede como una cucharada de cebollino picado). Cortamos en tiras el pimiento rojo y picamos también fina la cebolla.
A estas alturas la soja ya debe de estar hidratada así que la escurrimos, pero conservando el caldo. La ponemos a dorar en un fondo de aceite a fuego medio/alto. Suele chupar bastante aceite así que si veis que se está tostando añadís un poco más. Cuando esté algo dorada incorporamos el ajo, el jengibre y el cebollino. Removemos un poco e incorporamos la cebolla y el pimiento, salamos para ayudar a sudar (poco, porque después vamos a añadir el caldo y lleva salsa de soja) y bajamos a fuego suave hasta que la cebolla esté pochada. Cuando esté transparente añadimos las dos cucharadas de sriracha (variad la cantidad según os guste más o menos picante), removemos un poco y añadimos dos tazas del caldo en el que hidratamos la soja texturizada. Incorporamos las cucharadas de tahini (esto le va a dar consistencia y sabor), removemos y dejamos todo cocinándose a fuego bajo.
Mientras tenemos eso en marcha nos ponemos con la salsa de aguacate. No tiene ninguna ciencia. Ponemos el aguacate picado en un baso batidor junto con el zumo de una lima, 4 cucharadas de aceite de oliva y un poco de sal y batimos todo bien.
Ahora podemos poner ya a cocer unos noodles del tipo que queráis. Cuando la soja texturizada ya tenga bastante reducida la salsa lo que yo hice fue retirar todo con una espumadera dejando sólo un fondito de salsa. Escurrí los noodles y los salteé un poco en ella. Este paso simplemente es por la pijada de presentar por separado la pasta y lo demás, pero dando algo de sabor a los noodles. Si queréis pasáis de todo, lo juntáis, removéis bien y listo.
Ya sólo queda emplatarlo y añadir la salsa. Esta vez a mayores eché un poco de sésamo negro y más cebollino picado por encima, pero también le irían genial unos anacardos o unas almendras picadas y tostadas. Espero que os guste porque es de mis formas preferidas de hacer la soja texturizada. ¡A disfrutar!
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