- 500 gr de harina normal.
- 100 gr de panela.
- 100 gr de panela.
- 150 gr de margarina vegetal.
- 75 gr de yogur de soja sin azúcares (puede ser cualquier otro).
- 1/4 de cdta de impulsor químico.
- 3 cdas de bebida vegetal.
* OPCIONAL: Chocolate de cobertura para decorar (yo usé del 70 %)
* OPCIONAL: Chocolate de cobertura para decorar (yo usé del 70 %)
Materiales opcionales:
- Sello para galletas de unos 7 cm.
- Aro metálico del mismo diámetro.
* En caso de no disponer de materiales te sugiero usar un rodillo para aplastar las bolitas
- Sello para galletas de unos 7 cm.
- Aro metálico del mismo diámetro.
* En caso de no disponer de materiales te sugiero usar un rodillo para aplastar las bolitas
Elaboración:
El confinamiento por alerta sanitaria contra el COVID-19 se torna el momento perfecto para dejaros por aquí esta recetilla que tenía pendiente desde hace varios meses.
Más o menos por noviembre me entraron unas ganas tremendas de hacer galletas caseras, pero no unas galletas especiales de fin de semana, si no más bien unas galletas de "trote", sencillas, ricas, sanas y que me sirviesen para las meriendas del día a día. Así fue como surgieron estas galletitas a las que llamo de sirena porque las hago con un sello que recuerda a las colas de estos seres que tanto me gustan.
Pero no me lío más y pongámonos con lo importante: la receta!!!.
Lo primero es mezclar ingredientes secos en un bol grande. Luego añadiremos la margarina desmenuzada, el yogur y la bebida vegetal y mezclamos todo con las manos. Al principio parece que vamos a necesitar algo más de humedad, pero veréis que poco a poco y con paciencia se va integrando todo a la perfección hasta formar una masa homogénea, más bien dura y lisa.
Es el momento de precalentar el horno a 180 grados.
Como yo las hago con molde y quiero que me salgan todas igual de gorditas separo bolas de unos 32 gr (me salen 30 / 31 bolas). Luego las aplasto con el sello y recorto el sobrante con el cilindro metálico (tengo la suerte de tener justo uno que es exactamente del mismo diámetro que el sello). Voy poniendo en una bandeja de horno con papel específico y cuando está llena se va directa al horno unos 18 minutos (OJO: según harinas, grosor de las galletas y horno este tiempo puede aumentar o disminuir) sabremos que están en su punto cuando los bordes estén algo doraditos. A mí me salen dos tandas de galletas, así que mientras se hace la segunda la primera enfría encima de una rejilla.
Al principio aquí se acababa la receta, pero este confinamiento me animó a probar algo diferente, y decidí darles un poco de alegría con chocolate, así que mientras se enfriaba la segunda tanda derretí chocolate y fui bañando hasta la mitad las galletas. Para enfriar las puse en papel sulfurado, y la verdad es que una vez enfriadas del todo se despegan genial y quedan perfectas.
Más o menos por noviembre me entraron unas ganas tremendas de hacer galletas caseras, pero no unas galletas especiales de fin de semana, si no más bien unas galletas de "trote", sencillas, ricas, sanas y que me sirviesen para las meriendas del día a día. Así fue como surgieron estas galletitas a las que llamo de sirena porque las hago con un sello que recuerda a las colas de estos seres que tanto me gustan.
Pero no me lío más y pongámonos con lo importante: la receta!!!.
Lo primero es mezclar ingredientes secos en un bol grande. Luego añadiremos la margarina desmenuzada, el yogur y la bebida vegetal y mezclamos todo con las manos. Al principio parece que vamos a necesitar algo más de humedad, pero veréis que poco a poco y con paciencia se va integrando todo a la perfección hasta formar una masa homogénea, más bien dura y lisa.
Es el momento de precalentar el horno a 180 grados.
Como yo las hago con molde y quiero que me salgan todas igual de gorditas separo bolas de unos 32 gr (me salen 30 / 31 bolas). Luego las aplasto con el sello y recorto el sobrante con el cilindro metálico (tengo la suerte de tener justo uno que es exactamente del mismo diámetro que el sello). Voy poniendo en una bandeja de horno con papel específico y cuando está llena se va directa al horno unos 18 minutos (OJO: según harinas, grosor de las galletas y horno este tiempo puede aumentar o disminuir) sabremos que están en su punto cuando los bordes estén algo doraditos. A mí me salen dos tandas de galletas, así que mientras se hace la segunda la primera enfría encima de una rejilla.
Al principio aquí se acababa la receta, pero este confinamiento me animó a probar algo diferente, y decidí darles un poco de alegría con chocolate, así que mientras se enfriaba la segunda tanda derretí chocolate y fui bañando hasta la mitad las galletas. Para enfriar las puse en papel sulfurado, y la verdad es que una vez enfriadas del todo se despegan genial y quedan perfectas.
He de deciros que no son unas galletas especialmente dulces (podéis jugar con la cantidad de azúcar e incluso añadir yogur de vainilla o azucarado si lo preferís), pero es que yo las quería así, básicas para mojar, crujientes, con sabor pero que no me endulce el café.... no sé si me explico.
En fin, que ya me contaréis vuestras impresiones y sugerencias. Espero que os gusten tanto como a Tito y a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario