Para la masa:
- 300 gr de harina de trigo
- 1 cda de ajo en polvo
- 1 pizca de sal
- 15 gr de levadura fresca
- 1 pizca de panela
- 2 cdas de aceite de coco
- 200 ml de agua templada
Para el relleno:
- 250 gr de espinacas frescas
- 1/2 taza de nata de soja
- 1/2 taza de leche de soja (sin azúcar)
- 1 pizca de sal
- 35 gr de queso v. rallado
- 50 gr de tomate concentrado
- 100 gr de tomate frito
- Unas lonchas de queso v.
Para el acabado:
- 1 cda. de salsa de soja
- 1 cda. de leche de soja
- 1 cdita. de melaza de caña
- Semillas
Elaboración:
En la época universitaria cuando salíamos por Lugo muchas veces al volver de salir parábamos en el 24 horas a coger unos triángulos de espinaca. Hace poco me acordé de ellos y decidí veganizarlos y "tunearlos" un poco. Probé a hacer estas trenzas y la verdad es que quedan muy ricas, la gente empezó a pedir la receta... y aquí os la traigo. Parece mucho chollo, pero no es para tanto y merece mucho la pena.
En primer lugar vamos a ponernos con la masa, porque tiene que leudar y así mientras está en ello vamos haciendo otras cosas. Así que cogemos un bol e incorporamos los ingredientes secos: harina, ajo en polvo, levadura, sal y la panela (en el vídeo se la hecho con los líquidos pero da igual). Añadimos las dos cucharadas de grasa de coco (en el vídeo va líquida porque hace mucho calor. pero otras veces la agrego semisólida y el resultado es el mismo), el agua y comenzamos a mezclar. Amasamos unos 5 minutos con las manos para que se integren bien todos los ingredientes. Vais a ver que al principio es bastante (muy) pegajosa, pero según se amasa se va volviendo más elástica y uniforme. Enharinamos el bol para que no se nos pegue, metemos nuestra bolita de masa, tapamos con papel film y dejamos leudar como una hora. En el vídeo la meto en el horno a unos 50º, pero normalmente simplemente la pongo en la terraza al sol y también leuda sin problemas.
Mientras tenemos eso en marcha nos ponemos con el relleno. Muy fácil. Picamos bien nuestras espinacas (una de las veces hice la receta con espinacas caseras eco...... una diferencia brutal. ¡Qué saborazo!). En una sartén añadimos la nata vegetal (yo usé nata de soja pero podéis usar nata de arroz), y la leche de soja (sin azúcar). Esperamos a que hierva y añadimos las espinacas y un poco de sal para ayudarlas a sudar. La primera vez que hice esta receta cocí las espinacas a parte y después las mezclé con la nata, pero como la hago ahora queda con un sabor mucho más intenso. Dejamos que la espinaca se cueza y la nata y la leche se reduzcan (unos 15 minutos a fuego medio) y añadimos el queso rallado, que va a dar más consistencia. Yo uso Venus de Divina Teresa, porque tiene un sabor muy suave y en este caso me interesa que no tape el sabor de la espinaca. Mezclamos todo bien, el queso se fundirá y ya podemos pasar la mezcla a un plato para dejarla templar.
Ahora vamos con la parte del tomate. Simplemente mezclamos un poco de tomate concentrado (que va a dar sabor y textura) con un poco de tomate frito. Si queréis podéis omitir el concentrado... pero la verdad es que le da un toquecito interesante.
Ahora vamos a ver que tal le va a nuestra masa. Después de una hora o menos ya debería haber doblado su volumen. Cortamos la mitad, amasamos un poco con harina (ahora puede ser que también se os pegue un poco) y estiramos. Una capa de la mezcla de tomate, otra de queso vegan loncheado (de nuevo usé Venus), una capa de nuestra mezcla de espinacas y tapamos con la otra mitad de la masa. Cortamos la masa en 3 tiras dejando el comienzo unido, y vamos trenzando. Este paso es un poco engorroso y sucio... Es muy probable que un poquito del relleno se os salga por algún lado (si queréis podéis dejar enfriar la trenza un rato en la nevera para que sea más manejable) pero ahí está la gracia. Verla salir del horno con el queso y la mezcla de espinacas burbujeando por el medio de la trenza... es lo mejor de la receta. Os recomiendo montarla ya en la bandeja del horno, con papel enharinado, porque montarla y después tener que trasladarla sin que se desparrame toda es muy muy complicado. Así que después de acordaros de toda mi familia porque os pusisteis perdidxs, la pintamos con una mezcla de leche de soja, salsa de soja y melaza de caña (yo alguna vez sustituí la melaza por panela y también queda bien), espolvoreamos con semillas (yo usé sésamo y amapola) y la metemos al horno a unos 180º. En este caso no lo precaliento. Así mientras se va calentando ayuda a que la trenza leude y "engorde" un poquito más. Más o menos a la media hora, o cuando la toquéis y veáis que la masa ya no está blandita ya la podéis retirar del horno. Fijaos bien que también esté hecha por abajo. Ahora sólo queda dejarla templar y reposar un buen rato y listo.
Como dije al principio parece mucho trabajo pero en realidad sólo es por los tiempos de espera. Sea como sea vale mucho la pena. Si la dejáis reposar de un día para otro queda aún mejor. La masa acaba quedando con una textura tipo brioche (me encanta) y los sabores están todos mucho más integrados. Así que... si no la probáis no será porque yo no os la haya recomendado. ¡A disfrutar!
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